lunes, 18 de mayo de 2009

MIGUEL ÁNGEL GARCÍA

14 comentarios:

Miguel Angel G. dijo...

ESCRITO:
NOMBRE: "HACIA EL PRECIPICIO"
POR: Miguel Angel García Flores

Asi fue como todo sucedió, yo me encontraba aún recostado en mi cama en la casa de descanso , acababa de amanecer. Me dispuse para tomar el desayuno aunque no sentía hambre y opté por pedir solo un par de tostadas ya que mi emprendedor espíritu aún vivo quería visitar esa vieja casa que llena de recuerdos y tanta historia se encontraba intacta y al mismo tiempo hizo despertar en mi muchos sentimientos encontrados.
Al regresar a casa, tomé un lugar alrededor de los demás ancianos que allí vivían. Era hora de ver el viejo televisor, el cual fue movido rápidamente por mi amigo “el viejo Frank” a otro canal. Pasaban unos tras otros cuando de pronto se detuvo en uno que de verdead, me erizo la piel y además terminó de despertar en mi los sentimientos de tristeza, así fue como comenzaron a brotar lagrimas de mis ojos, sentí como mi presión arterial bajó de ritmo rápidamente y comencé a decaer. Fue entonces cuando Emily me ayudó a salir de ahí para llevarme a reposar en la Gran Sala.
Emily es una gran amiga y de mi confianza, es por ello que comenzó a interrogarme de cómo era posible que una vieja película me trajera recuerdos tan malos que me hizo ponerme así, ¿Qué diablos paso en tu vida?, ---me dijo---
Mi cabeza comenzó a traer a mí los recuerdos, mis neuronas explotarían como émbolos de un veloz automóvil si no le contaba.
Fue esa época, Emily (con voz quebradiza), ya estoy viejo y tengo muchas vivencias, pero lo que te contaré es algo que marco significativamente mi vida y la de muchos. Fue la época de John Coffey……
Cuando tenía 35 años de edad, yo era jefe de ejecuciones en la penal de Cold Montain, mejor conocida como “LA MILLA VERDE”, así quisimos llamarla debido a su característico piso con un color semejante al de un limón, verde fuerte, por ese piso tenían que caminar los chicos que les llegaba la hora de cumplir condena en la silla eléctrica y ser fríamente ejecutados. Era impresionante ver a tantos hombres ahí encarcelados; unos arando tierra, otros quebrando enormes piedras con sus marros en mano y atados por una cadena en los pies, ¡era un gran mar de criminales de sangre fría!
La penal era dividida por distintos bloques, enumerados con letras para una mayor agilidad al referirlos y además los presos eran designados a un bloque según habían actuado, los criminales que habían actuado con menor crueldad estaban en el Bloque A y así respectivamente hasta llegar al E en donde se encontraban

Miguel Angel G. dijo...

únicamente los presos por ejecutar y ese era mi Bloque designado. Me encontraba dentro del mismo, dentro del baño porque en esas épocas tenía una fuerte infección urinaria que al tratar de hacer esta necesidad sentía que en lugar de orine salían por mi uretra 1000 filosas navajas.
En cuestión de minutos llego mi compañero y mano derecha, el oficial Bruttus quien llegó a interrumpir mi terrible experiencia para avisarme que un nuevo condenado acababa de llegar a ese lugar y tenía que recibirlo para llevarle a su celda como es obligación del Jefe de bloque.
Una vez que salí del baño mi compañero Bruttus, como era costumbre de él, miró por la ventanilla que daba hacia afuera y una vez que vio bajar al nuevo preso del bloque, volteo su mirada a mi de una forma totalmente sorprendido, yo por mi parte, solamente podía escuchar los gritos del oficial Persey cuando sínicamente decía “HOMBRE MUERTO, ENTRA UN HOMBRE MUERTO, HOMBRE MUERTO ENTRA UN HOMBRE MUERTO AHORA”, es por eso que yo me preguntaba el hecho de que el oficial gritara tanto, Bruttus me dijo que tal vez debería reconsiderar entrar a la celda con él ya que el tipo era enorme, sin embargo creí que estaba jugando, abrieron la puerta de acceso al bloque y al entrar nuevo invitado a su muerte mis ojos quedaron totalmente sorprendidos al ver a un poco común hombre negro que como cualquier criminal en serie carecía de cabello, medía aproximadamente unos 2.15 metros de altura, sus bíceps parecían haber trabajado durante miles de años en un buen Gymnasio, caminaba descalzo y con sus ojos escurriendo en lagrimas y vestía una desgarrada playera de manta quemada de las mangas y un overol azul que llegaba hasta sus rodillas.
Era impresionante ver como hasta los ya condenados ahí reclusos lo miraban con ojos de terror y asombro, una vez que se postró junto a mi, de alguna extraña razón mi boca solo pudo decir cuestionándole si me daría algún problema ya que era realmente impactante, dijo prontamente que no y estando en la entrevista con él me pesente ante él y le presenté de igual forma a todos los oficiales a los que se podía referir si tenia problemas y/o necesitara algo, al decirle que si tenía alguna duda solo respondió algo asustadizo si por la noche dejábamos encendida alguna luz ya que temía a la oscuridad sobre todo si era un lugar extraño para él. Sorprendido ante tal declaración le dije que siempre el corredor quedaba muy iluminado y con las luces encendidas, además de un par de oficiales que siempre estaban en guardia para que todo marchara correctamente en nuestro bloque. Me tendió su mano como haciendo las pases con la misma mirada con la que te ve un amigo cuando tiene unos 30 años de no verte y posteriormente se reencuentran y se abrazan cálidamente, yo tuve que acceder ya que si mostraba miedo sería peor y tendí de igual forma mi mano hacia él dejándolo encerrado de una vez, aunque

Miguel Angel G. dijo...

admito que llamó mi atención ver como se sento a llorar y amargadamente me dijo:
“NO PUEDE EVITARLO, JEFE, INTENTÉ DESHACERLO, PERO YA ERA TARDE”. Me retiré de la celda y sin embargo esto no impidió que dejara de pensar en tan característico preso y esas palabras que me dijo; ¿A qué se refería?, ¿Por qué me dijo eso?, tantas vueltas daba mi cabeza, tantas dudas me llevaron a desesperar…
Junto con los demás policías comenzamos a hablar de lo sorprendidos que estábamos al ver la docilidad de John Coffey y todos coincidimos en que nos habían mandado a un imbécil para ejecutarlo, aunque el Oficial Harry dijo que imbécil o no debería morir por lo que hizo, me dio el expediente y me juro se helaría la sangre al leer tremenda historia.
Con muchas incógnitas en mi mente comencé a leer el historial de Coffey y era realmente tan cruel el contexto que por alguna extraña razón comencé a temblar del miedo y mientras tanto llegó Hall, éste hombre era quien nos mostraba las fechas de ejecución y las organizaba, era el contacto del Juez. Triste me dijo que Melinda, su mujer estaba completamente mal, tenía constante dolor de cabeza y era mortal para él verla así, además de que ella sufría unas 1000 veces más con el dolor tan intenso que tenía.
Al día siguiente, mientras pulía la silla eléctrica ayudado por Dean, escuchamos las risas de Bruttus quien nos dijo que teníamos que ver al nuevo Oficial que habían contratado para las ejecuciones, me pareció extraño tal acontecimiento sin embargo fui, se trababa de un pequeño ratón que rondaba por la milla, el cual se escapó entrando al cuarto de reclusión, donde castigábamos a los presos que se comportaban necios, era como el cuarto de un manicomio. Entramos a ver pero increíblemente 3 hombres adultos que encarcelaban y mataban hombres condenados fueron vencidos finalmente por un pequeño e insignificante ratón.
Después de varios días que pasaron muchos acontecimientos, tales como una ejecución, un preso con los dedos quebrados, entre otras nos dimos cuenta que el maldito ratón estaba aún en la milla, esta vez era un ratón nuevo, un ratón domado y que increíblemente hacía cosas fascinantes a la vista del hombre; trucos, entre muchas cosas más, al descubrir al ratón notamos que quien le había enseñado todos estas virtudes al nuevo ratón de circo fue precisamente un recluso de nombre Edward quien locamente bautizó al ratón como Mr. Jingles o Señor Cascabel, ya que aseguraba, el animal le dijo su nombre al oído, es por eso que él mismo pidió una caja cigarrera para que su nueva mascota pudiere dormir con él y además estuviese cómodo, son detalles que te dejan realmente impresionado y

Miguel Angel G. dijo...

que jamás te imaginas ver en esta vida, un ratón domesticado, que ironía tan grande, sin embargo se le concedió esa parte a Del.
Mientras deleitaba mi pupila con el “ratón de circo” fui llamado por Hall a su oficina, quien me informó que al día siguiente llegaría un preso nuevo y que éste era realmente peligroso, iría al bloque por matar a 3 personas de un atraco, una de ellas era una mujer embarazada, además había escapado de la justicia durante los últimos años y había hecho de todos los posibles desastres en el estado, pero hubo algo que llamó mi atención, Hall me preocupaba realmente por lo que me había contado de su mujer, no puede evitar preguntarle que como seguía ya que su apariencia triste me lo decía todo, entonces llorando respondió que le habían descubierto un tumor canceroso maligno, el cual no tenía cura, pero que a pesar de esto él la había engañado diciéndole que todo estaba bien, pues no quería alarmarla y dejaría que disfrutara plenamente de sus últimos días de vida.
Para nuestra desgracia, como un maldito adivino Hall nos dijo perfectamente la descripción del Nuevo preso llamado William ya que al parecer estaba drogado y todos los Oficiales junto conmigo confiados de esto lo tratábamos con cuidado sin saber que el inepto comenzaría a golpearnos, estuvo a punto de asfixiar a Dean, para mi talón de Aquiles golpeó mi pene y esto afectó aún más el mal de la noche anterior, las molestias que había tenido debido a mi infección urinaria. Por algún motivo divino Bruttus llegó a golpearlo y al fin inconsciente logramos llevarlo a su celda, mientras que el mismo Bruttus se encargó de llevar a Dean y Harry a la enfermería por ser los más graves, a Persey le pedí que hiciera el informe al General, diciéndole que todo estaba bajo control con William, tardó en hacerlo ya que se creía el dueño de la Milla por ser sobrino del Gobernador, era un patán con nosotros y es por eso que ahí trabajaba, sin embargo accedió y yo me quedé a vigilar el bloque, la Milla en general. Una vez que todos se fueron, me derrumbé como cuando una montaña se desploma y estaba totalmente fundido por el maldito golpe, mientras trataba de descansar, escuché la voz de John Coffe pidiendo mi presencia en su celda, decía que urgentemente necesitaba verme y hablarme, de verdad no era buen momento y esto fue lo que a él le expresé aunque debido a su maldita insistencia logré moverme hasta ahí, lo miré frente a frente, le dije que si se le ofrecía algo y él respondió…. “Nadamás curarlo, Jefe”, Del gritaba como loco pidiendo ayuda, pero todos estaban haciendo lo que respectivamente yo mismo les había ordenado fue un momento angustiante, me tomó de la camiseta, me levantó y detuvo mi mano que intentaba golpearlo hasta que logró agarrar mi parte afectada, mi pene, pude sentir como apretaba fuertemente y logré tranquilizarme cuando sorprendentemente la luz de la celda de Coffey se encendió involuntariamente, hasta Del dejó de gritar porque el foco logró resplandecer tanto que reventó como un globo muy inflado.

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Una vez que me soltó caí al piso, y pude ver que John se sentó en su cama, comenzó a sacar un tipo de flemas, volteó hacia el techo e increíblemente sacar un tipo de diminutas mariposas, o pequeños mosquitos que abundaban en millones y millones. Me sentía en ese momento asustado, sorprendido y exhausto; todo a un mismo sentimiento, un mismo latir de mi corazón, todo esto me llevó a preguntarle que demonios había hecho conmigo y solo me dijo gustosamente que había terminado con mi mal de la vía urinaria, como es que él supo de mi mal, que pasó en ese momento, parecía una especie de brujería o algo por el estilo y para finalizar su obra solo me dijo: “Ahora estoy muy cansado, jefe; cansadísimo” y entonces se recostó en su cama.
Sorprendido de lo que había ocurrido, tomé la decisión de entrar al sanitario para comprobar por mí mismo si era verdad lo que había pasado y sorprendentemente algo inexplicable, divino, magia, no sé como llamarlo. Este acontecimiento fue algo que marcó mi vida para siempre, me di cuenta por primera vez en ese momento que verdaderamente John Coffey podía hacer milagros, era increíble, pero lo acababa de vivir y no me cabía en la cabeza pensar que cosa tan maravillosa había pasado, como diablos era posible que un criminal sangre fría que estaba condenado a morir en una silla eléctrica pudo curarme como no lo pudo hacer ni el mejor Doctor del condado, por qué lo habría hecho, era inexplicable, era increíble, era al orinar logré hacerlo de buena manera sin que me doliera ni una mínima expresión de lo que sentía, el dolor había desaparecido, estaba totalmente anonadado, estaba curado, curado por un recluso.
Después de que logré terminar con mi necesidad fisiológica en el sanitario, llegué a casa con mi mujer quien me dijo que senaríamos guisado, sin embargo yo tenía muchas ganas de cumplir mi papel de esposo ya que anteriormente mientras estaba enfermo no pude hacerlo, desaté su vestido poco a poco a poco y comencé a decirle lo mucho que la amaba, besaba su cuello sigilosamente, nos ahogábamos en el deseo y la pasión, en el amor que ambos sentíamos, creo que debimos tardar toda la noche demostrándonos cuanto nos amamos y no precisamente con palabras. Desde luego que mi mujer no creía que me había curarado de la noche a la mañana, así que tuve que decirle lo que había pasado, tuve que contarle la historia de Coffey.
La mañana siguiente me reporte enfermo en el fuerte, tenía que hacer algo para comprobar si había algo, tal vez alguna mala jugada, algún hecho por el cual John Coffey estaba preso injustamente o algo similar, así que decidí hacer una visita a Burt, el juez del estado que condenó a John, sin preámbulos sobre el asunto, me presenté diciéndole que precisamente era yo el encargado de la Milla y que específicamente quería hablarle de un caso particular llamado John Coffey, con un rostro intrigante me dijo que si causaba algún problema y le dije que como hecho

Miguel Angel G. dijo...

en ocaciones lloraba y que temía a la oscuridad, sin embargo él me cuestionó si yo tenía idea de lo que había hecho, le dije que solo lo había leído y que realmente yo creía que no había podido hacer tanta maldad, no pudo existir tanto odio en su corazón, no podía creerlo yo porque como es posible, un hombre asi no tiene corazón, y no dejaba de pensar que me había curado, sin mencionar el comportamiento que había tenido al presentarse ante nosotros.
El señor Burt dijo que John Coffey era como los perros, a veces logras encariñarte tanto con ellos, inclusive a amarlos como a nadie pero su instinto a fin de cuentas es suicida y que sin más ni más y si te descuidas te mata, Coffey lo hizo, por supuesto que lo hizo, y si no tiene cuidado lo puede volver a hacer. Eso me dejó pensativo, muy intrigado por tal situación.
Al día siguiente decidí llevarle a John un buen pan de Elote hecho por mi mujer, en señal de agradecimiento hacia lo que había hecho y me sorprendió nuevamente al ver como hubo un acto de generosidad de parte de él, el Sr. Del pidió pan a John porque decía no probaba uno asi desde hace años y John primero me consultó a mi pues era un regalo de mi parte, al acceder John compartió la mitad del pan con el señor cascabel y Del, eso me ponía aún cada vez más intrigas dentro de mi cabeza, no podía ser posible que un asesino de menores, violador, fuera tan generoso y además tuviese dotes divinos para curar, más me hizo dudar que él haya matado a las niñas y además abusado de ellas, por qué hacerlo.
Otra acción presentada fue el día de la ejecución del Sr. Del, había tomado muchísimo cariño con el señor cascabel y precisamente nos estábamos planeando que sería de su destino mientras Del faltara, fue entonces cuando Bruttus habló de “Ratonlandia”, un lugar en Florida para ratones de circo donde los espectadores pagarían por ver actuar a los ratones en una ciudad hecha de cajas y rollos de papel higienico. Del lanzaba un pequeño rodillo para que Mr. Jingles lo trajera cuando entonces Jingles o “Señor cascabel” sale de la celda, el ruin de Persey lo pisa y le quito la vida, destrozándole la vida a Del. Cuando todo parecía marchar triste y acabado completamente, Coffey intervino angustiado diciendo le diéramos al Señor Cascabel antes de que fuera bastante tarde. Ante mis recuerdos cuando curó mi enfermedad; tomé al Señor Cascabel y lo entregué a John, pronto lo enrrejó entre sus manos y comenzó a absorver el aire contenido dentro del hueco que queda al juntar las manos y no pasaron ni 3 segundos cuando comenzó a brillar una resplandeciente luz que brotaba por todo el contorno de sus manos y cara, era increíble, ésta vez todos los oficiales pudimos ver como el ratón movia su cola sin más ni más, John Coffey le acababa de devolver la vida, inexplicablemente todos nos mirábamos sorprendidos de tal acontecimiento mientras Coffey lanzaba nuevamente por su boca los pequeños mosquitos, millones de mosquitos que salían de su boca. Soltó al ratón y este triunfalmente

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regresó con el Señor Del, totalmente anonadado, el oficial Dean le pregunto que era lo que había sucedido y John respondió: “ Alivié al ratón de Del, al ratón de circo de Del… Vivirá en una ciudad de ratones en Florida, el jefe Persey es ruin, es malo; pisó al ratón de Del…. Pero ya lo deshice”. La ejecución de Del fue un caos, el ruin de Persey no mojó la esponja conductora de electricidad para darle agilidad a la muerte e hizo que Del se quemara totalmente, lo castigue, desde luego.
Al día siguiente mi mujer y yo hicimos una comida, la ofrecimos como una convivencia para los oficiales de la Milla, fue una comida muy acogedora, donde logramos ponernos de acuerdo en varias cosas, un tema que vino a colación fue el de el maligno tumor que tenía Melinda, la mujer de Hall, todos los que juntos habímos presenciado el milagro de John, llegamos a una misma conclusión, a un mismo punto, era algo arriesgado, nadie quería para ser exactos, pero yo estaba dispuesto a hacerlo con tal de ayudar a Hall. La idea era sacar a John Coffey de la Milla, sedando al único preso que quedaba para que no se diera cuenta. Dean por ser el único con hijos y considerando que podríamos perder el trabajo, se quedaría a cuidar la Milla para que quienes preguntaran disipara sus dudas a todos estos mirones. Por un momento me juzgaron de loco, aunque no lo demostraron, estoy seguro que lo hicieron.
A como de lugar los convencí, el día siguiente, entramos a la enfermería para buscar sedantes y de esta forma dormir al preso que ahí se encontraba, el más desastroso, de hecho. A propósito frente a él los oficiales y yo tomabamos un helado y delicioso jugo de uvas, el preso al ver esto comenzó a gritar como loco pidiéndonos uno poco de ese jugo, le dije que no me gustaba dejar en mal a mis clientes ya que serían ejecutados y accedí a compartirle, claro que con las pastillas sedantes bien remolidas. El tipo comenso a tambalearse y calló rendido sobre la cama.
John coffey se observaba y hasta logró adivinar que saldríamos a pasear en coche, eran poderes realmente impresionantes, increíbles. Desde luego que a Persey lo metimos al cuarto de manicomio, por ser la única sabandija que podía delatarnos. Logramos sacar a John de su celda y con toda la cautela del mundo posible, logramos llevarlo hasta una camioneta que se encontraba a unos metros de la penal tapada con hiervas para poder fugarnos, todos ivamos armados hasta los dietes, claro. A como de lugar logramos trasladarnos nos trasladamos hasta casa de Hall, Coffey desde luego adivinó, sabía que iríamos a ayudar a una mujer, textualmente nos lo dijo.
Al llegar a casa de Hall, nos percatamos de que alguien se encontraba despierto, era él mismo quien no nos recibió con un abrazo al ver que llevábamos a John, asi

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que le apunto con su rifle y exigía una explicación asertiva. No entendía razones, le pedíamos bajara el arma, y no accedió hasta que Melinda gritó desesperadamente que quién Jodidos se encotraba abajo hablando con él, creyó que eran vendedores ambulantes de media noche. John entró sigilosamente a la casa y Hall no accedía, sin embargo, Coffey le daba confianza a fin de cuentas, subió las escaleras calmadamente, entró a la habitación con la misma paz que un con la que un creyente y orador, pide a los santos ayuden a su persona.
Melinda no permitía que Coffey pudiera acercarse, sin embargo, él logró entrar en sintonía con ella para alludarle y hubo un momento de tranquilidad, John pudo al fin acercarse y raramente acercó sus labios a su frente, bajando por su nariz, hasta llegar a la boca, como asechando a una presa; acercó su boca con la de ella y todo comenzó a cambiar, la luz de las lámparas resplandecieron, los relojes se detuvieron, el piso comenzó a temblar y John a hacer el milagro, absorbió un humo blanco que sacó dentro de Melinda y posteriormente por algún motivo no pudo desechar el mal mediante mosquitos, esta vez se lo trago todo y todo era increíble. La cara de ella pasó de ser moribunda a la de una joven de aproximadamente 15 años, era bella, era indescriptible su rostro, Coffey calló al suelo después de lo ocurrido, sin embargo logró ponerse de pie, al ver a Melinda, ella le dijo por su nombre, como si hace años lo conociera, se puso de pie y logró camiar sin ningún problema, se acercó a él y tiernamente lo miró a sus ojos diciéndole “Soñé con usted, vagaba por la oscuridad junto conmigo, nos encontramos en la oscuridad,” se desprendió de un colgante a su cuello con la imagen de un santo devoto del condado, “San Cristobal”, le pidió lo conservara por siempre para que lo mantuviera seguro de todo mal, John inclinó su cabeza y la imagen fue colocada en su cuello.
Estaba tan mal que nosotros creíamos que moriría y desde luego que no sería en la silla, le dabamos unos días de pronostico de vida después de haber tragado el tumor de Melinda, cuando llegamos hasta su celda lo recostamos sobre su litera y permaneció ahí con flemas y tos durante unos minutos y dijo “Ahora estoy muy cansado, cansadísimo”.
Sacamos también, desde luego a Persey del cuarto y mientras pasaba por la celda de John, él lo tomó y sacó mariposas de su boca, cuando lo bajó Persey parecía totalmente convertido, era increíble. Caminó despacio por fuera de la celda del preso que quedaba y éste renuentemente lo insultó fuerte, Persey tomo su pistola y le dio unos 5 tiros, callendo “loco bill” como le llamábamos completamente muerto.
Me acerqué a John para preguntarle, por qué había hecho eso y solo respondió que tuvo que castigar a ambos hombres por sus acciones, sin entender nada le

Miguel Angel G. dijo...

pregunté que como era posible haber castigado a “loco bill”, que había hecho, y entonces fue como todo comenzó, mi vida cambió totalmente en ese momento, nada me había dejado tan impactado como esto, Coffey me tomó del brazo y me dijo que lo que vería era la verdad de lo que había ocurrido, John tuvo la fortaleza de hacerme ver como cuando miras una película, claramente lo que pasó. Fue ahí cuando comencé a ser atormentado, vi una realidad muy cruel que relataré ahora:
Una familia, donde había dos pequeñas niñas, el padre trabajador recojía pastura para su ganado, la madre acomodaba mientras tanto la mesa y las pequeñitas jugaban a saltar la cuerda, fue entonces cuando lagrimas brotaron de mis ojos, era el Bill quien pintaba la casa de la familia, la madre llamó a todos a comer y el padre le dijo a Bill se acercara también pues ya lo había hecho trabajar bastante, Bill era su empleado. Observaba a las niñas morbosamente con una risa burlona que llevaba deseo dentro.
Por la noche Bill rompió la malla protectora, abrió la puerta lentamente y sin ningún ruido, entró al cuarto de las pequeñas, y las despertó, le dijo entonces a la mayor que si apreciaba y quería a su hermana no hiciera ruido a la mataría y viceversa, mataré a las dos, de acuerdo.
No podía creer lo que estaba viendo, era increíble, impresinante, sentía morir, porque Coffey pagaba un crimen que no había hecho, lo peor de todo es que yo era el único que sabía la verdad y que lamentablemente tenía que pasar por mis manos, yo mismo tenía que ejecutarlo, que posición tomaría, que debía hacer para parar esto que estaba seguro era injusto, mi mujer trataba de ayudarme, era inútil, no podíamos ir en contra de la ley, la sentencia estaba puesta, yo me encontraba totalmente confundido, como actuar, mi esposa me dio un buen consejo, me dijo que lo mejor sería hablar con John, preguntarle que era lo que él deseaba, que ahora que yo sabía la verdad en qué podía ayudarle, y asi fue como le dije, le expresé que estaría dispuesto a perder mi trabajo con tal de ayudarle a él si así lo deseaba y respondió que no tenía por qué hacer algo tan tonto, ya que él prefería que todo terminara, que todo acabara de una vez, se encontraba muy cansado de el mal trato que toda la gente se daba entre sí, que le lastimaba el corazón, sentía como si en su cabeza estallaran 8000 botellas de vidrio y le retumbaran dentro del cerebro, que estaba cansado de viajar siempre tan solo, sin un compañero que le diga a donde van, por qué lo hacen, cual es el motivo de sus nuevos días.
Bruttus preguntó si quería algo que le pudiéramos dar, que le gustaría hacer algo así como su última voluntad. Humildemente respondió que nunca había visto una película, la película que le transmitimos fue la misma película que vimos en la Video Sala Emily, por eso lloré al verla de nuevo la película llamada “cielo” fue la que John decidió ver como su última voluntad porque siempre la había

Miguel Angel G. dijo...

escuchado pero nunca había visto, ese fue el motivo de que yo decallera en llanto hace unas horas. Es totalmente increíble, ¿lo vez?
Esta parte me duele mucho, se llegó el día 10 de Julio, fecha para ejecutar a John, fecha de la cual me arrepentiría toda mi vida. Fuimos a escoltar a Coffey hasta la silla eléctrica, y él mismo salió sin que dijéramos nada, siento nostalgia de recordar sus palabras, me duelen en el alma:
“Saldrá todo bien chicos, esta es la parte difícil, saben, tuve un sueño; soñé con el ratón de Del, soñé que estaba en esa ciudad de los ratones, había niños que carcajeaban de la risa de ver sus trucos, estaban ahí esas dos niñas rubias que no sangraban y estaban bien, las senté en mis rodillas y reían junto conmigo, todo era lindo aunque solo haya sido para que Del muriera tanquilo”
Caminaba mientras mis ojos escurrían en lagrimas, al igual que todos mis compañeros, llegamos al lugar donde habría de ser ejecutado ante toda esa gente que lo odiaba y esperaba gozar de verlo morir injustamente, inclusive el padre de las niñas gritaba con odio que lo matáramos dos veces de ser posible. Cuando preparábamos todo, lo atábamos, Dean lloraba, todos llorábamos, yo no podía hacerlo, me dolía, me duele en el alma haberlo hecho.
Le preguntaos si tenía algo que decir antes de dar la segunda descarga y dijo que sentía lo que era y guardó silencio, nos dispusimos a ponerle esa bolsa negra que ponemos para poner la esponja húmeda y así evitar sea a menos más rápido y doloroso. Dijo que le hiciéramos un favor:
“Por favor, jefe, no ponga esa cosa sobre mi cara, tengo miedo a la oscuridad”
Luego comenzó a cantar la canción que sale en la película “Cielo”, la que decidió ver cuando le cumplimos su última voluntad.
“Cielo, estoy en el cielo, cielo cielo, estoy en el cielo, cielo”
Posterior a estas palabras, vendría lo que a muchos nos hizo sufrir, era mi trabajo, nunca había odiado tanto mi profesión:
“John Coffey, ahora pasará electricidad por su cuerpo hasta que haya muerto, de acuerdo con la ley estatal. Dios tenga misericordia de su alma”
No quería dar la orden de una segunda descarga, me moriría junto con Coffey, no quería hacer, Bruttus me impulsaba, tome la mano de John por última vez, como cuando él me saludó por primera vez y recordé las palabras que me dijo cuando me hizo ver la verdadera historia, así es todos los días del mundo, quiero que

Miguel Angel G. dijo...

termine, mi cabeza me duele como si estallaran unas 8000 botellas de vidrio. Todo me daba vueltas…
Mi cerebro dio la orden involuntaria y ordené la segunda descarga, John se retorcía del dolor, me destrozaba el corazón verlo. Le dimos la última despedida, fue la última vez que lo veríamos vivo.
Fue la ultima ejecución en la que tomé parte, no pude hacerlo después de eso, Bruttus tampoco, ambos pedimos nos transfirieran mejor a reformatorios para chicos jóvenes, no estaba mal, mi lema se convirtió en “es mejor agarlos de jóvenes” y te como te digo, me sigue doliendo esa ejecución.
No me crees, ¿cierto?
Yo se que es una historia increíble, pero es real.
Llevé conmigo a Emily a dar un paseo a aquella casa donde existían tantos recuerdos, llenos de melancolía, pues ella no entendió quien era mi hijo, como le había mencionado anteriormente, le dije que solo dejara llevarse por sus ojos, disfrutara su vista.
Nos postramos frente a una vieja caja de pastel que ahí se encontraba y le dije que mirara su contenido, ahí estaba lo que quedaba de mi hijo, nos acercamos y le dije, levántate viejo, era el Señor Cascabel, seguía vivo, lo conservaba como un viejo recuerdo y no era precisamente la ciudad de los ratones, pero aún podía andar es su carrilete de hilo viejo por igual.
Tengo 108 años Emily, tenía 44 cuando John Coffey recorrió “la Milla Verde”, creo que todos tenemos nuestra propia Milla, la mía es ver como todos mis amigos han muerto, al poco tiempo, Bruttus, Hall y Melinda, mi Esposa, mi Hijo, y tabién tú morirás y estaré ahí para orar por ti, porque este es mi castigo, mi destino por haber matado a un Milagro de Dios, tendré que quedarme solo, con el tiempo moriré también, todos lo haremos así es el destino. Yo estoy seguro también que habré deseado la muerte antes de que me llegue, ya la deseo…
Me quedo despierto muchas noches pensando en eso y eso espero, pero más que nada me mantiene despierto un pensamiento más fuerte, Si John pudo hacer que un ratón viviera tantos años. ¿Cuánto tiempo me queda a mi? Dios mío, a veces “la Milla Verde” parece ser taaaaaan larga

Miguel Angel G. dijo...

TEXTO LIBRE...
Yo leí el libro "El honor perdido de Katharina Blum", me gusto mucho el libro por el tipo de literatura que es, por como trata la historia, sangre, dinero, corrupcion, mujeres, etc.

Katharina Blum es una joven alemana que trabaja limpiando la casa de los señores Blorna, una pareja formada por un abogado y una arquitecta de pasado comunista que no despierta demasiadas simpatías entre un sector de la prensa. Cierta noche, Katharina conoce en un baile a Ludwig Götten y acude a su piso a pasar la noche sin saber que se trata de un supuesto delincuente perseguido por la policía desde hace varias semanas y al que ayuda a escapar de su piso debido a la presencia de la policía cerca de su casa. Este detalle le hace ser detenida y llevada a comisaría para ser interrogada sobre la huida de Götten y el asunto se complica cuando la prensa publica algunos detalles sobre el caso afirmando que Götten es un criminal y que la señorita Blum es su cómplice, además de dar detalles falseados sobre el pasado de la joven y su familia. La gota que colma el vaso se produce cuando el periodista Werner Tötges publica en el dominical del periódico un reportaje sobre el caso con unas presuntas declaraciones de la madre de Katharina hablando mal de la joven, aqui es donde entra mucho la picardía, el enamoramiento con el libro. Horas más tarde la señora muere debido a los nervios ocasionados por los sucesos de los últimos días. Su hija decide tomarse la venganza por su cuenta y cita al periodista en su casa para que le haga una entrevista pero cuando Tötges llega a su piso la joven Katharina le dispara varias veces y se entrega a la policía.



Una novela bastante buena que me llena como libro, no me pareció aburrido y me gustaba leer bastante porque me trasportava a vivir lo que en él se narraba.

Un defecto que tiene el libro es la cantidad de nombres que aparecen relacionados en el caso y si a eso se añade que son complicados nombres alemanes otro es el lío que se forma en algunos capítulos es bastante grande, pero la sola idea central de la novela basta para darle la calificación de buen libro. Comienza contando el crimen del periodista a manos de la joven y a partir de ahí se retrodece dando todos los detalles de la historia, desde que Katharina sale de su casa hasta que planea la muerte de Tötges en su piso.

Miguel Angel G. dijo...
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Miguel Angel G. dijo...

Sobre Cuentos de Horacio Quiroga no puedo añadir mucho debido a que no fue de mi total agrado, parecian más bien cuentos infantiles, sin embargo hubo algunos que me agradaron un poco más; tal es el caso de "El almohadón de plumas", hubo un momento enque la piel se me erizo porque me dio algo de sentimientos encontrados, tristeza, razonamiento, etc, etc.
En el de "Espectro" me gustó como se inicia redactando, como es que sobrellevan la historia.
Los que no fueron mucho de mi agrado fue el de "La miel silvestre", "La gallina degollada".
El de "El infierno artificial" me pareció buenisimo ya que los libros que hablan de ultratumba me gustan, es un tema muy agradable para mi.
"El desierto" me parecio regular, creo que enrreja muchos aspectos que no van con el formato o la idea del texto, desde mi punto de vista.
Sin embargo me di cuenta que Horacio Quiroga es un gran autor, creativo que sabe expresar lo que quiere transmitir al lector.
El resto de libros de igual forma me parecieron terminos medios, sin embargo no me fue desagradable leerlos todos.